martes, 21 de marzo de 2017

Escrito con luz

La Editora Regional de Extremadura acaba de publicar Escrito con luz, un libro de fotografías de José Antonio Marcos, con poemas de Javier Pérez Walias. Es un libro singular, y no solo por la alta calidad tanto de sus imágenes como de sus textos y, si se me permite añadir, también de su edición, sino porque demuestra cómo un libro sobre el paisaje de Extremadura puede convertirse en un objeto artístico, sin dejar de exhibir pero enriquecido o, mejor, transformado por la mirada del creador el paisaje de Extremadura. El fotógrafo y el poeta tuvieron la amabilidad de invitarme a prologar el volumen con una breve introducción sobre ese hecho la mirada creadora y la mutación artística y sobre esa realidad, la tierra que nos rodea. Y este fue el resultado, ahora felizmente incorporado al libro.

Mucha gente, incluso mucha gente letrada, cree que un poeta es alguien que escribe. Se equivocan: un poeta es alguien que mira, alguien que sabe mirar. En ese solo y prodigioso hecho radica su esencia de creador. Los versos, si han de venir, vendrán luego, y serán una adición –esencial, pero adición– más o menos afortunada. El poeta escudriña la realidad hasta encontrar el objeto óptimo de la mirada: ese fragmento del mundo, el tiempo o la conciencia –si es que no son lo mismo– que, en cada circunstancia de la vida, define la realidad y lo define a él mismo. Pero el poeta no busca como un aventurero, o como un pescador que lanzase la red de la percepción al ancho mar de lo existente para dar con un objeto sumergido y precioso: el poeta sabe lo que va a encontrar antes de haberlo encontrado; el poeta da con las cosas antes incluso de que las cosas existan; el poeta, si tiene ojos, tiene el poema sin tener aún las palabras. Su intuición lo conduce a crear lo mirado en el acto de mirar. Y, una vez lo ha hecho, él –y todos– reconocemos que eso que ha inventado, no lo ha inventado: que existía antes de él, y que existe gracias a él.

Eso hacen, en este libro, José Antonio Marcos y Javier Pérez Walias: crean un paisaje que ya existía. El primero lo alumbra con imágenes y el segundo, con versos. Si hubiéramos de informar al inadvertido, diríamos que ese paisaje es el de Extremadura –y, en muchas ocasiones, el de la Sierra de Gata–, aunque, en realidad, ese paisaje sea el suyo, el de ambos, el de todos, enraizado –o encarnado– en el paisaje de Extremadura. Los dos son legatarios de la modernidad artística: no exponen la naturaleza como se ve, sino como ellos la ven. Las fotografías y los poemas que aquí se han reunido no aspiran a ninguna objetividad, sino solo a materializar una visión y testimoniar un diálogo: entre el yo y lo otro, entre el adentro y el afuera, entre quien mira y lo mirado. Si son un documento, lo son solo de sí mismos: del vigor y la acuidad de sus hechuras, y de su tumultuosa pero exacta entraña expresiva.

Las instantáneas y los versos de este libro acotan un mundo –o varios– dentro del mundo. Fuera quedan otros, muchos más. Las artes visuales y la poesía comparten la disección que practica la mirada y sacrifican –pero sacrifican jubilosamente– lo informe e indeterminado a la integridad de lo dicho, esto es, de lo nacido en el instante mismo de decirlo. Su presencia es una afirmación de la vida, aun turbulenta o desapacible, frente a la incertidumbre de lo ajeno, de lo indistinto, de lo inmirado. Esa afirmación congela el tiempo –en la palabra, en la imagen– y nos rescata de él. Esa contemplación que nos construye, nos consuela. La realidad ya no es un lugar inhóspito, sino el espacio benigno que hemos cartografiado con nuestro hacer. Otros pueden visitarlo también: nuestra conciencia se ha vuelto cuerpo, cuerpo de las cosas, cuerpo de las palabras y las representaciones que hemos alumbrado, y con las que gritamos que lo que nos rodea existe, y que también nosotros existimos, y que, aunque muramos, ese cuerpo, frágil, desvalido, sometido a todas las inclemencias del mundo, seguirá abrazado al mundo.

2 comentarios:

  1. Qué placer da leerte, Eduardo.Lo comparto para que disfruten de esta lectura mis amistades de facebook.No tardes tanto en hacer entradas, por favor.Un abrazo.

    Blanca.

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  2. Los escritores tenéis la suerte de anclaros a lo inestable con vuestras obras. Los lectores/espectadores os agradecemos permitirnos abrigar esa fe. Enhorabuena a los autores.

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