Acaba de aparecer mi poemario Tú no morirás, en la editorial Pre-Textos. Lo escribí en Mérida en el otoño de 2016, poco después de llegar a Extremadura para hacerme cargo de la Editora Regional y del Plan de Fomento de la Lectura de la región. Ha tardado, pues, casi cinco años en publicarse, y eso lo convierte en el libro, de los ya muchos —espero que no demasiados— que llevo escritos, que más tiempo ha necesitado para ver la luz. Y es que a Tú no morirás, como a tantos otros libros y proyectos, lo ha pillado de lleno el coronavirus. Había de entrar en imprenta a finales de 2019, pero el virus lo alcanzó antes que las rotativas. Entonces sufrí la frustración de no ver materializado algo que me ilusionaba y que ya casi tocaba con la punta de los dedos, pero hoy, a pesar del mucho tiempo transcurrido, me alegro de que fuese así. Si el libro hubiera aparecido en aquel momento, al principio de la pandemia, con el confinamiento total, se habría diluido en un limbo peor que la inexistencia: no habría llegado a las mesas de novedades de las librerías, cerradas, ni, por lo tanto, a manos de los lectores; no habría sido ni distribuido, ni vendido, ni leído, ni criticado, ni nada de nada. Habría languidecido en los almacenes de la editorial y desaparecido de la realidad del mercado, por pequeño que sea siempre el mercado de la poesía, sin haber llegado nunca realmente a él. De modo que celebro que se publique ahora, cuando ha decaído el estado de alarma, se relajan las restricciones por el virus y parece que, felizmente, atisbamos el final de la pesadilla. Tú no morirás es un poemario de amor y desamor: el relato, en doce poemas o conjuntos de poemas, de la cercanía y la lejanía, del camino y el despeñadero, de lo construido y lo destruido, porque la construcción contiene siempre, inevitablemente, la semilla de su destrucción. El título del libro proviene de una certeza intuida con una persona de mi vida: la de que alguien a quien se quiere tanto no puede desaparecer; la de que es injusto, inconcebible, que alguien que inspira tanto amor, tanta conformidad con las cosas, sea arrastrado por el inicuo oleaje de la muerte; la de que es imposible que las cosas sucedan así, que el mundo sea tan ciego, que algo tan fuerte sea tan frágil. Curiosamente, esa persona ya no está en mi vida, pero yo sigo convencido de que no morirá, de que no puede morir. Y lo estoy sin que mi razón se violente: es un pensamiento irracional, pero que yo asumo con la naturalidad del que ha vislumbrado una verdad inaccesible. La muerte está para otras cosas, más vulgares: la caída de las hojas, la irrupción de un terremoto, la extinción de los seres, pero no para algo que la excede, para algo que no tiene derecho a arrebatar. Agradezco a Pre-Textos la confianza depositada en el poemario y el magnífico trabajo editorial realizado con él, cuya portada luce un encantador y muy apropiado dibujo a plumilla de Ramón Gaya.
Transcribo el soneto prologal, que es también el que aparece en el separador que acompaña al libro:
Acaso, porque te amo, creas que la fortuna
te ha señalado; acaso, que el ciego escalofrío
de mi cuerpo en tu cuerpo te ennoblece; que el frío
del mundo es menos frío si abrigo la duna
de tu pecho con la ola del deseo; que la luna
que me alumbra, te alumbra también a ti; que el río
fuerte que soy te entrega las aguas sin vacío
con que inundas el tiempo, y en las que ninguna
tiniebla se enraíza, porque he abatido el muro
que te circunvalaba como el sol, y te he dado
el júbilo y la sombra. Te alegras de que, oscuro,
te humedezca de luz, pero has equivocado
esta labor que ejerzo, este don que aventuro.
Porque, amándote, yo soy el afortunado.
Autor: Eduardo Moga
Editorial: Pre-Textos
Colección: La Cruz del Sur
ISBN: 9788418178146
Páginas: 84
Formato: 22 x 14 cm
Precio: 16 €
ISBN: 9788418178146
Páginas: 84
Formato: 22 x 14 cm
Precio: 16 €
Enhorabuena, Eduardo. Estoy deseando leerlo. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Marta. Me alegro de que saberte ahí. Espero que estés, que estéis todos bien. Un gran beso melancólico, pero también muy, muy presente.
ResponderEliminarMagnífica noticia que tu libro esté en las librerías. Me lanzo a pedirlo ya. Un gran abrazo, Eduardo.
ResponderEliminarOjalá te guste, querida Isabel. Gracias por tu fidelidad lectora y por tu amistad. Un beso.
ResponderEliminarHe leido el poemario de un tiron, disneico. Es decir, he tenido que releerlo porque me faltaba el aliento cada vez que pasaba paginas.
ResponderEliminarCrudo, hermoso, desgarrador, como el amor...
Jochy Herrera
Gracias por tus palabras, querido Jochy. Lamento haberte causado disnea, pero, en otro sentido, lo celebro. Abracísimos.
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