La editorial Shearsman acaba de publicar en Gran Bretaña la traducción de mi poemario Mi padre, que vio la luz en España en Trea, en abril de 2019. Continúa una tradición que me complace especialmente: en Shearsman han aparecido ya dos libros míos: Selected Poems, una antología de mi poesía (de la que he hablado en este blog: https://eduardomoga1.blogspot.com/2017/04/selected-poems-una-antologia-en.html) y Streets Where to Walk Is to Embark. Spanish Poets in London (1811-2018), una antología de poemas sobre la ciudad de Londres escritos por autores españoles de los dos últimos siglos (también de ella he dado cuenta aquí: https://eduardomoga1.blogspot.com/2019/09/calles-do-casi-viaja-el-que-transita.html). Ambos, y también My father, son bilingües, y los tres han sido traducidos por Terence Dooley. My father, como el editor de Shearsman ha consignado en la portada, ha nacido acompañado por un honor infrecuente: ser elegido por la Poetry Book Society como el libro traducido del trimestre (https://www.poetrybooks.co.uk/blogs/news/announcing-the-pbs-summer-selections). La Poetry Book Society es una organización privada, fundada por T. S. Eliot en 1953 —y dirigida por Philip Larkin en los 80—, con el sencillo pero a la vez dificilísimo propósito de "propagar el arte de la poesía". Y lo hace seleccionando cada trimestre un libro en las diferentes categorías (una de la cuales es la de "libro traducido"), más varias "recomendaciones", que integran una lista de compras aconsejables. (No sé, por cierto, por qué no se intenta crear algo parecido a la Poetry Book Society en España. La lectura de poemas está mucho más extendida en Gran Bretaña que en nuestro país, pero quizá aquí habría también un hueco para impulsar la iniciativa). En cualquier caso, me alegra la decisión de la PBS; y también me alegro por Terence y por Tony Frazer, el editor que ha confiado, nuevamente, en lo que escribo.
Este es el enlace con el libro en la página web de Shearsman: https://www.shearsman.com/store/Eduardo-Moga-My-Father-p304461927.
Y estos son algunos de sus poemas traducidos:
My father had white hair. I have white hair too. Hair goes white from oxidative stress.
Mi padre tenía el pelo blanco. Yo también tengo el pelo blanco. El pelo encanece por oxidación.
My father let the nail on the little finger of his left hand grow long. He said mandarins would let their nails grow long to show they didn’t do manual work. He sold things.
Mi padre tenía muy larga la uña del meñique izquierdo. Decía que los mandarines se dejaban crecer las uñas para demostrar que no hacían trabajos manuales. Él vendía cosas.
My father recalled with pride that he’d been second in his class. In his time, pupils were seated in the classroom according to their efforts, so he had a desk in the front row. But he didn’t even complete primary school. War broke out.
Mi padre recordaba con orgullo que había sido el segundo de la clase. Como en sus tiempos escolares se disponía a los alumnos en el aula según su mayor o menor aplicación, él ocupaba un pupitre delantero, acorde con su jerarquía. Pero ni siquiera pudo acabar la educación primaria. Estalló la guerra.
Even after his death the sofa in the dining-room smelt of him. We kept finding his hairs in the cretonne.
Aun muerto, el sofá del comedor olía a él. En la cretona que lo recubría había canas suyas.
My father took me out into the countryside to spot hares, rabbits and birds. I couldn’t tell one from the other, but he identified buzzards, eagles, hawks, kites, ospreys, sparrowhawks. Or so he said.
Mi padre me llevaba al campo a avistar liebres, conejos y pájaros. Yo era incapaz de distinguirlos, pero él reconocía a buitres y águilas, a halcones y milanos, a quebrantahuesos y azores. O eso decía.
My father lived in bed. He came home, took off all his clothes and put himself to bed. His night-table drawer was stuffed with snot-stained handkerchieves from his frequent noisy nose-blowing. His slippers were always at the foot of the bed. He shook them off with practised accuracy.
Mi padre vivía en la cama. Llegaba a casa, se desnudaba y se acostaba. El cajón de su mesita de noche estaba lleno de pañuelos pringosos, que ensuciaba con ruidosas regurgitaciones de mocos. Las zapatillas siempre quedaban al pie de las sábanas. Se las quitaba con sacudidas breves y rápidas.
real y humano cruel a veces me ha gustado
ResponderEliminarOtro que me lanzo a pedir. Otro abrazo.
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